viernes, 21 de abril de 2017

Un Escritor



Pensar tan si quiera en escribir me aterra, ¿realmente es tan difícil pensar?...
SÍ, lo es.
Un escritor sin duda alguna se puede hacer, es cierto, pero la pasión, el sentimiento que corre, la adrenalina que se genera al tomar un lápiz y papel o tal vez solo tipiar; lo que puede llegar a convertirse en arte… Un arte que es capaz de hacer realidad los sueños de cualquiera, porque es tan increíble hacer que suceda lo que deseas; Puedes ser cantante, artista plástico, bailarín, compositor, con simplemente describir con palabras cada detalle.
Un escritor si se puede hacer…
Pero jamás será lo mismo, estoy segura que la real academia opina lo contrario, puesto que no soy lo suficientemente digna para ser llamada escritora, no tengo ese título, por consiguiente mi literatura es mínima, insignificante ante cualquiera que logro descifrar lo básico de la ortografía, cosa que yo aún no logro hacer, aun cometo errores garrafales cuando escribo, realmente atroces.
Sin embargo me pregunto, ¿Será que el corazón de un escritor no es más que el titulo?
Para mí, lo es. Vale más un corazón que un título.
Ser escritora es tener el arte en mis manos, pues soy capaz de diseñar los matices de mi pasado en un presente vivo, por tal motivo para ser escritor es necesario nacer con la capacidad de leer el alma, poseer la imaginación más grande del mundo, conocer o por lo menos intentar descifrar que es amar, ser hábil para realizar a cada instante una retrospección donde el recordar sea mágico, en donde es preciso diferenciar la realidad de la fantasía, por lo tanto debes ser experto en contar al tiempo y no dejar que él nos cuente a nosotros, frente a esto hay que ser totalmente apto para fragmentarlo, en segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años. Puesto que si nos olvidemos de esta división, nos estaríamos olvidando entonces del pasado.
Un día en un salón de clases un compañero me dijo, tenemos un pasado del que aprender, un presente que vivir y un futuro por escribir; él no sabía que en ese momento le entrego a mis manos y a mi mente la capacidad de escribir, quizás el no recuerde lo que dijo. Sin embargo yo jamás lo olvidare y sin duda alguna me apropie para siempre de ese sentimiento, pues la reacción ante tal verdad fue majestuosa.
¿En mis manos, en mi mente y en mi corazón está el futuro?
No.
El futuro es un mañana incierto que no sabemos cuándo se hará realidad o si estaremos allí para verlo.
Desde luego lo que si es cierto, es que podemos vivir en la eterna búsqueda de como describirlo, como lo pintaremos, que color tendrá cada día, que plan haremos, todo esto es la esencia misma de un escritor.
Por lo que si usted querido amigo, se siente en lo más mínimo identificado, es que posee el corazón de un escritor.

Vale más, aún más que el título, pues a cada momento podrá llegar a realizar maestrías en sentimientos, la dicha que no posee cualquiera, pues es verdaderamente complejo el hecho de que te rompan el corazón y aun así logres explicar con lujo de detalle que se siente haber recorrido esa odisea, en donde te sientes subordinado por las palabras, pues te encuentras en el límite perfecto de la llamada creación, no es preciso alardear mucho con este enunciado, ya que no somos Dioses, pero si somos los creadores de nuestro mundo, un mundo donde el parafraseo es más que vestir elegante en una noche de óscar.
Yo, por un momento de mi vida detuve mis palabras, olvidaba que es ser invitada para ser galardonada. Pero hay algo que no podemos hacer en esta vida y es detener las alas cuando las tienes, porque es necesario seguir soñando a cada instante, para nunca olvidar lo maravilloso de la vida.
Hoy más que nunca me siento afortunada de poseer la destreza de sostener en mis manos el lápiz con el cual escribiré cada día hasta que mi futuro se termine, puesto que aun el tiempo sigue siendo relativo.
María.I.Valbuena.P
10/04/17