Pensar
tan si quiera en escribir me aterra, ¿realmente es tan difícil pensar?...
SÍ,
lo es.
Un
escritor sin duda alguna se puede hacer, es cierto, pero la pasión, el
sentimiento que corre, la adrenalina que se genera al tomar un lápiz y papel o
tal vez solo tipiar; lo que puede llegar a convertirse en arte… Un arte que es
capaz de hacer realidad los sueños de cualquiera, porque es tan increíble hacer
que suceda lo que deseas; Puedes ser cantante, artista plástico, bailarín,
compositor, con simplemente describir con palabras cada detalle.
Un
escritor si se puede hacer…
Pero
jamás será lo mismo, estoy segura que la real academia opina lo contrario,
puesto que no soy lo suficientemente digna para ser llamada escritora, no tengo
ese título, por consiguiente mi literatura es mínima, insignificante ante
cualquiera que logro descifrar lo básico de la ortografía, cosa que yo aún no
logro hacer, aun cometo errores garrafales cuando escribo, realmente atroces.
Sin
embargo me pregunto, ¿Será que el corazón de un escritor no es más que el
titulo?
Para
mí, lo es. Vale más un corazón que un título.
Ser
escritora es tener el arte en mis manos, pues soy capaz de diseñar los matices
de mi pasado en un presente vivo, por tal motivo para ser escritor es necesario
nacer con la capacidad de leer el alma, poseer la imaginación más grande del
mundo, conocer o por lo menos intentar descifrar que es amar, ser hábil para
realizar a cada instante una retrospección donde el recordar sea mágico, en
donde es preciso diferenciar la realidad de la fantasía, por lo tanto debes ser
experto en contar al tiempo y no dejar que él nos cuente a nosotros, frente a
esto hay que ser totalmente apto para fragmentarlo, en segundos, minutos,
horas, días, semanas, meses y años. Puesto que si nos olvidemos de esta
división, nos estaríamos olvidando entonces del pasado.
Un
día en un salón de clases un compañero me dijo, tenemos un pasado del que
aprender, un presente que vivir y un futuro por escribir; él no sabía que en
ese momento le entrego a mis manos y a mi mente la capacidad de escribir,
quizás el no recuerde lo que dijo. Sin embargo yo jamás lo olvidare y sin duda
alguna me apropie para siempre de ese sentimiento, pues la reacción ante tal
verdad fue majestuosa.
¿En
mis manos, en mi mente y en mi corazón está el futuro?
No.
El
futuro es un mañana incierto que no sabemos cuándo se hará realidad o si
estaremos allí para verlo.
Desde
luego lo que si es cierto, es que podemos vivir en la eterna búsqueda de como
describirlo, como lo pintaremos, que color tendrá cada día, que plan haremos,
todo esto es la esencia misma de un escritor.
Por
lo que si usted querido amigo, se siente en lo más mínimo identificado, es que
posee el corazón de un escritor.
Vale
más, aún más que el título, pues a cada momento podrá llegar a realizar
maestrías en sentimientos, la dicha que no posee cualquiera, pues es
verdaderamente complejo el hecho de que te rompan el corazón y aun así logres
explicar con lujo de detalle que se siente haber recorrido esa odisea, en donde
te sientes subordinado por las palabras, pues te encuentras en el límite
perfecto de la llamada creación, no es preciso alardear mucho con este
enunciado, ya que no somos Dioses, pero si somos los creadores de nuestro
mundo, un mundo donde el parafraseo es más que vestir elegante en una noche de
óscar.
Yo,
por un momento de mi vida detuve mis palabras, olvidaba que es ser invitada
para ser galardonada. Pero hay algo que no podemos hacer en esta vida y es
detener las alas cuando las tienes, porque es necesario seguir soñando a cada
instante, para nunca olvidar lo maravilloso de la vida.
Hoy
más que nunca me siento afortunada de poseer la destreza de sostener en mis
manos el lápiz con el cual escribiré cada día hasta que mi futuro se termine,
puesto que aun el tiempo sigue siendo relativo.
María.I.Valbuena.P
10/04/17